Partos "normales" o vaginales y Partos Respetados en el Paraguay
Luego de la Semana Mundial del Parto Respetado que la celebramos la semana pasada, leí varios comentarios y consultas acerca de profesionales que realizan parto "normal" o natural en nuestro país. Me pareció entonces de suma importancia hacer aclaraciones con respecto a este tema ya que pude notar que muchas personas aún confunden o no comprenden la diferencia que existe entre un parto normal o vaginal y un parto respetado o natural, además de los profesionales que los realizan.
Un parto "normal" o vaginal en nuestro país, en la mayoría de los casos, está muy lejos de ser un parto respetado. En un parto respetado (y cuando hablamos de respeto nos referimos tanto hacia la madre como hacia el niño por nacer) se tienen en cuenta los deseos de la mujer, como protagonista principal de tan sublime y trascendental momento en su vida. En un parto respetado la mujer tiene libre movilidad hasta que ella decida lo contrario y escoja una posición que mejor le parezca y sienta en el momento del expulsivo. Se le permite comer y beber si así lo desea (no conozco una mujer que no tenga sed durante su trabajo de parto). Tiene derecho a elegir con quien estar acompañada en ese momento y no sólo una persona, además del médico. Tiene derecho a la intimidad, a no ser molestada, ni interrogada por enfermeras, estudiantes y médicos de turno que ella no conozca. Durante el trabajo de parto la mujer necesita entrar en un estado alterado de conciencia para que éste fluya de manera adecuada y natural y para lograr eso nadie debe hacernos preguntas ni realizarnos intervenciones molestas e innecesarias que nos quiten de ese trance. En fin... un parto respetado implica mucho más que el sólo hecho de que nuestro bebé haya nacido vaginalmente y no por una cesárea. La naturaleza es tan sabia y perfecta que tiene preparado para nosotras en ese momento un cóctel de hormonas naturales (oxitocina, endorfina y prolactina, entre otros) que hacen que podamos soportar el dolor de las contracciones y dilatación o que inclusive casi no lo percibamos, al igual que el niño lo recibe a través de la madre para todo el proceso de nacimiento. Al realizar intervenciones o medicalización a la madre, estos procesos naturales se cortan y quedamos expuestas, y de ahi que tantas malas experiencias de partos "normales" dolorosos. En cuanto al niño por nacer, se respeta el momento en que éste está realmente listo para nacer, y eso NADIE lo puede saber con exactitud, sólo él. Un bebé a término es aquel que nace de manera espontánea cuando está listo, antes, es PREMATURO, sin importar que la madre esté de 38 o 39 semanas de embarazo, que tampoco se puede calcular con exactitud. El embarazo no termina a las 40 semanas! 40 semanas es el promedio en que la mayoría de las mujeres entran en trabajo de parto, pero existe un importante porcentaje de bebés que nacen antes, entre las 38 y 39, y otros que nacen entre las 41 y 42 semanas. Es increíble como se ha normalizado la idea de que los niños deben nacer antes de las 40 semanas porque después ya es peligroso. En un parto respetado no se realizan intervenciones ni medicalización que no sea realmente necesaria y aquí hablamos de vías, inducciones con oxitocina sintética, epidurales, episotomías, maniobras varias para sacar al bebé que está bien, teniendo un proceso normal (aunque muchas veces un poco más largo de lo que los médicos pueden esperar por sus apretadas agendas). Cuando el niño nace, se lo coloca inmediatamente sobre el pecho de su madre para que regule su temperatura y pueda empezar el proceso de apego precoz y lactancia en la primera hora de vida y se espera que el cordón deje de latir para ser cortado. Cuando se realizan partos "normales" con todas las intervenciones y medicalización que realizan la mayoría de los médicos, se anulan los procesos naturales perfectamente diseñados por la naturaleza para que la mujer pueda gozar de esta experiencia única y el niño pueda tener un recibimiento amoroso y cálido después de haber estado 9 meses sin tener que pedir nada ni sufrir cambios bruscos de temperatura, manoseos y otras intervenciones muy violentas que muchos pediatras aún realizan. Y esto que yo les escribo aquí no son ideas locas de gente hippie o super naturalistas, extremistas o como quieran llamarlo. Son los procedimientos establecidos y recomendados por la Organización Mundial de la Salud, luego de investigaciones y pruebas basadas en la evidencia y que hace décadas se practican en la mayoría de los países europeos por los beneficios que tienen tanto para la madre, el niño, la familia y la sociedad en general. La información está al alcance de todas/os ahora, no tenemos excusa ya para seguir permitiendo tantas violaciones a los derechos de la mujer y el niño por desconocimiento. Madres y futuras madres, no se queden sólo con lo que les dice su médico (ginecólogos y pediatras) quienes se encuentran en su mayoría inmersos en un sistema muy desensibilizado y de consumismo, donde esperar un parto natural no es compatible con sus agendas apretadas ni la remuneración que reciben teniendo en cuenta las horas que puede durar un parto natural, sobre todo de una primeriza, comparando a uno vaginal intervenido o una cesárea, sin tener en cuenta los riesgos que implican estas prácticas tanto para el niño como para la madre a corto, mediano y largo plazo, sin ni siquiera entrar a detallar las secuelas emocionales y psicológicas que todas estas intervenciones tienen en ambos. Para finalizar quiero decir que existen muchos médicos que realizan partos "normales" o vaginales en nuestro país, pero son contados con los dedos de una mano los que puedo decir que intentan respetar el proceso natural de un parto en los sanatorios y hospitales.
Aclaración: No estoy en contra de las cesáreas o intervenciones médicas cuando son necesarias, pero eso no debería superar el 10 o 15 % de los nacimientos. Lastimosamente la realidad de nuestro país es muy distinta, sobre todo en los sanatorios privados y en la clase media alta, donde las tasas de cesáreas llegan a superar el 95% de los nacimientos en algunos lugares. Algo muy grave está ocurriendo y no somos conscientes de ello.
Un parto "normal" o vaginal en nuestro país, en la mayoría de los casos, está muy lejos de ser un parto respetado. En un parto respetado (y cuando hablamos de respeto nos referimos tanto hacia la madre como hacia el niño por nacer) se tienen en cuenta los deseos de la mujer, como protagonista principal de tan sublime y trascendental momento en su vida. En un parto respetado la mujer tiene libre movilidad hasta que ella decida lo contrario y escoja una posición que mejor le parezca y sienta en el momento del expulsivo. Se le permite comer y beber si así lo desea (no conozco una mujer que no tenga sed durante su trabajo de parto). Tiene derecho a elegir con quien estar acompañada en ese momento y no sólo una persona, además del médico. Tiene derecho a la intimidad, a no ser molestada, ni interrogada por enfermeras, estudiantes y médicos de turno que ella no conozca. Durante el trabajo de parto la mujer necesita entrar en un estado alterado de conciencia para que éste fluya de manera adecuada y natural y para lograr eso nadie debe hacernos preguntas ni realizarnos intervenciones molestas e innecesarias que nos quiten de ese trance. En fin... un parto respetado implica mucho más que el sólo hecho de que nuestro bebé haya nacido vaginalmente y no por una cesárea. La naturaleza es tan sabia y perfecta que tiene preparado para nosotras en ese momento un cóctel de hormonas naturales (oxitocina, endorfina y prolactina, entre otros) que hacen que podamos soportar el dolor de las contracciones y dilatación o que inclusive casi no lo percibamos, al igual que el niño lo recibe a través de la madre para todo el proceso de nacimiento. Al realizar intervenciones o medicalización a la madre, estos procesos naturales se cortan y quedamos expuestas, y de ahi que tantas malas experiencias de partos "normales" dolorosos. En cuanto al niño por nacer, se respeta el momento en que éste está realmente listo para nacer, y eso NADIE lo puede saber con exactitud, sólo él. Un bebé a término es aquel que nace de manera espontánea cuando está listo, antes, es PREMATURO, sin importar que la madre esté de 38 o 39 semanas de embarazo, que tampoco se puede calcular con exactitud. El embarazo no termina a las 40 semanas! 40 semanas es el promedio en que la mayoría de las mujeres entran en trabajo de parto, pero existe un importante porcentaje de bebés que nacen antes, entre las 38 y 39, y otros que nacen entre las 41 y 42 semanas. Es increíble como se ha normalizado la idea de que los niños deben nacer antes de las 40 semanas porque después ya es peligroso. En un parto respetado no se realizan intervenciones ni medicalización que no sea realmente necesaria y aquí hablamos de vías, inducciones con oxitocina sintética, epidurales, episotomías, maniobras varias para sacar al bebé que está bien, teniendo un proceso normal (aunque muchas veces un poco más largo de lo que los médicos pueden esperar por sus apretadas agendas). Cuando el niño nace, se lo coloca inmediatamente sobre el pecho de su madre para que regule su temperatura y pueda empezar el proceso de apego precoz y lactancia en la primera hora de vida y se espera que el cordón deje de latir para ser cortado. Cuando se realizan partos "normales" con todas las intervenciones y medicalización que realizan la mayoría de los médicos, se anulan los procesos naturales perfectamente diseñados por la naturaleza para que la mujer pueda gozar de esta experiencia única y el niño pueda tener un recibimiento amoroso y cálido después de haber estado 9 meses sin tener que pedir nada ni sufrir cambios bruscos de temperatura, manoseos y otras intervenciones muy violentas que muchos pediatras aún realizan. Y esto que yo les escribo aquí no son ideas locas de gente hippie o super naturalistas, extremistas o como quieran llamarlo. Son los procedimientos establecidos y recomendados por la Organización Mundial de la Salud, luego de investigaciones y pruebas basadas en la evidencia y que hace décadas se practican en la mayoría de los países europeos por los beneficios que tienen tanto para la madre, el niño, la familia y la sociedad en general. La información está al alcance de todas/os ahora, no tenemos excusa ya para seguir permitiendo tantas violaciones a los derechos de la mujer y el niño por desconocimiento. Madres y futuras madres, no se queden sólo con lo que les dice su médico (ginecólogos y pediatras) quienes se encuentran en su mayoría inmersos en un sistema muy desensibilizado y de consumismo, donde esperar un parto natural no es compatible con sus agendas apretadas ni la remuneración que reciben teniendo en cuenta las horas que puede durar un parto natural, sobre todo de una primeriza, comparando a uno vaginal intervenido o una cesárea, sin tener en cuenta los riesgos que implican estas prácticas tanto para el niño como para la madre a corto, mediano y largo plazo, sin ni siquiera entrar a detallar las secuelas emocionales y psicológicas que todas estas intervenciones tienen en ambos. Para finalizar quiero decir que existen muchos médicos que realizan partos "normales" o vaginales en nuestro país, pero son contados con los dedos de una mano los que puedo decir que intentan respetar el proceso natural de un parto en los sanatorios y hospitales.
Aclaración: No estoy en contra de las cesáreas o intervenciones médicas cuando son necesarias, pero eso no debería superar el 10 o 15 % de los nacimientos. Lastimosamente la realidad de nuestro país es muy distinta, sobre todo en los sanatorios privados y en la clase media alta, donde las tasas de cesáreas llegan a superar el 95% de los nacimientos en algunos lugares. Algo muy grave está ocurriendo y no somos conscientes de ello.
Lic. Patricia Ruiz Díaz
Directora de Pachamama